Investigaciones y Articulos Medicos relacionados al Alzheimer; consejos para prevenirlos, tratamientos, y riesgos
9/11/17
Pepe Olmedo: “La música es la mejor manera de combatir el alzhéimer” [9-11-17]
Pepe Olmedo: “La música es la mejor manera de combatir el alzhéimer”
El proyecto ‘Música para despertar’ se hace eco en las charlas TEDx Nervión River para dar a conocer una nueva técnica que utiliza la música como terapia
deia.com
¿Cómo se sentiría si de repente olvidase el nombre su hijo, de su pareja o de su mejor amigo? El alzhéimer es una enfermedad neurodegenerativa cada vez más común; tanto que algunos no dudan en considerarla la plaga del siglo XXI. A día de hoy y según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) 47 millones de personas de todo el globo lo padecen y está previsto que para 2050 este número se triplique hasta llegar a los 135 millones. Ante esta situación, Pepe Olmedo, un enfermero sanitario granadino de 27 años, ha conjugado sus conocimiento de psicología y música para tratar de mejorar la vida de estas personas. Así surgió el proyecto Música para despertar, que dio a conocer ayer en Euskadi gracias a charlas TEDx Nervión River, un evento cuyo objetivo es poner en valor y difundir esta clase de iniciativas y que, entre otros, cuenta con la colaboración de DEIA.
Música como terapia contra el alzhéimer. ¿Cómo se les ocurrió?
-Gracias a un vídeo que vi en Internet. En él aparecía una persona con la enfermedad del alzhéimer muy avanzada que, al ponerse los cascos con su música, le cambia todo: la cara, el humor, la actitud. Es una técnica que se está utilizando en Estados Unidos. Me dije que tenía que ponerlo en práctica en el Estado español y, cuando me cercioré de que funcionaba, pensé que esto tenía que saberse.
Todo ello gracias a que la memoria musical, ¿verdad?
-Así es, la memoria musical es de lo último que se atrofia. Podemos olvidar más fácil el nombre de un hijo o nuestra fecha de nacimiento que la letra de una canción. Con la capacidad de sentir emociones ocurre algo parecido. Aunque dé la impresión de que ni sienten ni padecen eso es mentira, porque sí que sienten: solo hay que aprender a llegar a ellos. En las fases más avanzadas la palabra no funciona, pero hay otras vías, como la música. La música sirve para sacar a la luz las emociones más profundas que uno lleva dentro y que, de otra manera, se mantienen en el olvido.
¿Cómo describiría las reacciones de los pacientes?
-Espectaculares. Están desorientados, porque no saben dónde ni con quién están. Lo único que quieren es sentirse como en casa. Y cuando pones la música abres esa puerta que les lleva a sus casas, a esos recuerdos. Lloran, ríen, bailan, cantan. Cuando das con una de sus canciones se les ilumina la cara. Es muy emotivo.
¿Tiene que ser algún tipo de música en particular?
-Sí: aquella que le guste al enfermo. Puede ser rock, pop, música clásica. Hablamos con la familia y amigos para averiguar sus gustos y, en el caso de que no se acuerden, vamos probando con la música de su tiempo. Sobre todo es importante aquella que les ha acompañado durante su juventud, porque son los momentos que más recordamos a lo largo de los años. En resumen, les buscamos esa banda sonora que les ha acompañado durante su vida.
¿Cuáles son los objetivos que se marcan con los afectados?
-Por una parte, ayudarles a recordar. Pero cuando hablamos del alzhéimer siempre olvidamos que no solo trae problemas de memoria, sino mucho más. Nerviosismo, agitación, agresividad. Hay gente que no deja de repetir las mismas palabras una y otra vez. Otros caminan durante horas, casi corriendo, aun cuando no saben a dónde van. Ante esos casos la práctica común es medicarlos. Pero la música también sirve para tranquilizarles y nosotros apostamos por ella. Además, nos permite trabajar muchas otras cuestiones, porque la música focaliza su atención.
¿Esta terapia sirve para todos los pacientes o se requiere algún perfil en concreto?
-Sirve para todos. En los casos más precoces, al ser más conscientes, hay otras alternativas terapéuticas. Nosotros le vemos una mayor utilidad en los casos más avanzados. Suelen estar más abandonados y tienen más problemas, como trastornos graves de comportamiento.
¿Es muy costoso implantar este tipo de técnicas en los centros?
-Para nada. Lo que más dinero cuesta es la formación, pero después solo se necesitan unos cuantos cascos y mp3 y la música. Comparativamente es mucho más barato y gratificante que los fármacos.
¿Entonces por qué no se implanta?
-Por el esfuerzo que ello requiere. A día de hoy la mayoría de los centros están colapsados. Para algunos profesionales, dedicarles a los pacientes un momento para ponerles sus canciones exige un esfuerzo superior a darles una pastilla. Pero nosotros no estamos de acuerdo con esa visión por muchas razones.
¿Por ejemplo?
-Las pastillas dejan a estas personas fuera de su ser, por no hablar de todos los efectos secundarios que producen. Además, con la música el trabajo de los profesionales va a ser mucho más gratificante, porque estará recompensado con unas emociones puras y, al estar los pacientes más felices y receptivos, te ahorras tiempo con los más reticentes a tomarse la medicación y que, muchas veces, no te queda otra que dársela por la fuerza. Lo mismo ocurre con otros temas, como la ducha o las comidas.
En definitiva, la música hace todo más sencillo.
-Totalmente. Habitaciones que normalmente están llenas de personas llorando o gritando de repente se convierten en conciertos a capela y en salas de baile. Que estas personas estén al final de su vida no significa que tengamos que olvidarnos de ellas. Hay que buscar nuevas herramientas y nosotros apostamos por la música.
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